La protesta inicia una serie de actos para reivindicar la habilitación de la candidatura de Lula por el Partido de los Trabajadores, quien se encuentra preso desde el pasado 7 de abril. El ex mandatario es acusado de recibir un departamento tríplex en la ciudad de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, de la constructora OAS, a cambio de favorecer a la empresa en contratos con la petrolera estatal Petrobras, lo cual es rechazado por Lula.
Brasil, 1 de agosto (Xinhua).– Seis integrantes de movimientos sociales comenzaron desde ayer una huelga de hambre frente a la sede del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, en Brasilia, para exigir la liberación del ex Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
La protesta inicia una serie de actos para reivindicar la habilitación de la candidatura de Lula por el Partido de los Trabajadores (PT), quien se encuentra preso en Curitiba desde el pasado 7 de abril.
Participan en la huelga de hambre integrantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), del Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA) y de la Central de los Movimientos Populares (CMP).
Antes de iniciar la medida, los huelguistas almorzaron con un grupo de apoyo en un espacio mantenido por los movimientos sociales en Brasilia.
Según los organizadores, ésta fue su última comida hasta que el STF determine la liberación de Lula.
El PT reafirmó el lunes que el 4 de agosto se realizará su Decimoquinto Encuentro Nacional, en el cual se confirmará la candidatura de Lula da Silva a las elecciones de octubre próximo.
Los petistas pretenden registrar formalmente la candidatura ante el Superior Tribunal Electoral, de acuerdo con lo decidido por la dirección nacional en diciembre de 2017.
Lula cumple una pena de 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba.
El ex mandatario es acusado de recibir un departamento tríplex en la ciudad de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, de la constructora OAS, a cambio de favorecer a la empresa en contratos con la petrolera estatal Petrobras, lo cual es rechazado por Lula.
