Oliver Santín Peña, integrante del Centro de Investigación sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (CISAN-UNAM), explica a SinEmbargo, en esta entrevista, que la relación entre México y Canadá es más de competencia por el mercado estadounidense. “Somos competidores. Eso es lo que no se entiende en nuestro país”, criticó el especialista y consideró que en lugar de que se piense en que el Presidente Enrique Peña Nieto y el Primer Ministro Justin Trudeau salgan en defensa de México, se debe exigir que sean los funcionarios mexicanos los que lo hagan. Y destacó que Canadá no tiene problema con Donald Trump porque “no es la maquila de Estados Unidos”.
Ciudad de México, 1 de febrero (SinEmbargo).– Canadá es el tercer socio comercial de México y el segundo destino de sus exportaciones. Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), indican datos oficiales, el intercambio de bienes entre los dos países aumentó nueve veces, al pasar de cuatro mil millones de dólares estadounidenses en 1993 a más de 36 mil en 2014.
Antes que socio comercial, sin embargo, Canadá es también el principal competidor de México por el mercado de Estados Unidos.
Su ingreso al TLCAN, por ejemplo, explica el internacionalista y experto en política canadiense, Oliver Santín Peña, no obedeció a una búsqueda de lazos con México, sino a su preocupación por no perder la atención de su vecino del sur.
Estados Unidos, agrega Santín, no sólo ha determinado por siglos la geografía urbana de Canadá, pegada a su frontera, además con él comparte más de dos mil acuerdos –comerciales, financieros, militares y otros– y forman la relación bilateral más estrecha no sólo de Norteamérica, sino del mundo.
Actualmente, Canadá necesita sacar la producción petrolera de su región de arenas bituminosas, en Alberta, hasta las refinerías norteamericanas ubicadas en el Golfo de México, para lo cual requiere de la aprobación del nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El magnate, explica el académico, a diferencia de Obama, ha mostrado al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, mayor disposición para continuar con la construcción de los oleoductos, por lo que el mandatario canadiense no ha mostrado distancia del polémico nuevo Presidente norteamericano.
“Con la llegada de Trudeau, se piensa que es un Gobierno liberal, y va a cambiar mucho; sí hay algunos elementos que cambian. Por ejemplo, recibir 25 o 30 mil refugiados sirios es una clara muestra (…) a nivel mediático”, dice Santín, integrante del Centro de Investigación sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (CISAN-UNAM).
“Ahora, vamos a la realidad: tenemos que los mismos intereses canadienses en el ámbito energético siguen estando presentes (…) Para ellos es una cuestión fundamental, económicamente hablando, es una cuestión de vida o muerte en el sector energético”, agrega.
En esa determinación, detalla Santín, el Gobierno de Trudeau no sólo no ha defendido a México, país al que fuentes de su Gobierno observaron sólo ante la eventual renegociación del TLCAN dictada por Trump. Tampoco, advierte el académico, ha emitido un posicionamiento en defensa de los migrantes de países de mayoría musulmana cuya entrada se prohibió el pasado viernes.
“Por eso, cuando ven que a México lo está golpeando, es una posición de mucha reserva de Canadá, de decir ‘vamos a esperar qué sucede con los mexicanos’. México es un problema para Canadá. Es un país violento, corrupto, inestable, y los canadienses no tienen una buena percepción de México”, dice Santín.
“¿Por qué no hay problema de Trump con Canadá en estos momentos? Porque los salarios de Canadá son muy similares a los salarios de Estados Unidos. Canadá no es la maquila de Estados Unidos, en lo que se ha convertido a México en el TCLAN”, agrega.
Autor de diversas publicaciones sobre la política del anterior Primer Ministro conservador Stephen Harper (2006-2015), Santín menciona que no sería la primera vez que Canadá exprese su preferencia de poner distancia con México y negociar sólo con Estados Unidos.
En 2011, recuerda, un cable de la organización Wikileaks reveló que en 2009 la Embajada de Estados Unidos en México informó que si bien Canadá buscaba estrechar su relación con México, “estaba preocupada de que el trilateralismo se generaba a expensas de su relación bilateral con los Estados Unidos”.
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–El Gobierno de Trudeau indicó que México estará solo en la negociación del TLCAN. ¿Era de esperarse?
Estos dos países (Estados Unidos y Canadá) tienen la relación más activa en cuanto a acuerdos que ningún otro en el mundo. Sobrepasa los dos mil 200 acuerdos entre ellos; en todos los ámbitos: comerciales, financieros, militares. Entonces, hay fuertes lazos y vínculos entre ambos. En el caso de Canadá, tenemos que sin importar si son conservadores o liberales, tienen una línea en sus relaciones bilaterales con Estados Unidos, de toda la vida. Tenemos que los liberales buscan un poco más su distancia con Estados Unidos que los conservadores, buscan privilegiar el multilateralismo, mucho en el discurso, en foros, pero terminan llevando una lógica y una línea similar a los conservadores, que son más francos en cuanto a sus intereses. ¿Qué sucede ahora en esta relación? Vienen de tener una mala relación, una antipatía genuina. El anterior Presidente Barack Obama y el anterior Primer Ministro Stephen Harper, tiene una animadversión que viene desde el ámbito ideológico, económico, filosófico. Harper es un ultraconservador de derecha evangélico, y Barack Obama es un abierto liberal. ¿Cuál fue el elemento fundamental aquí que generó el conflicto? El oleoducto Keystone.
–¿Desde cuando se generó esta tensión?
Obama termina con la controversia y dice no va el oleoducto (…) lo que dice es que no conviene económicamente al país. Este asunto provoca que Stephen Harper esté fúrico con la administración de Obama desde 2008 ó 2009, cuando se ve que Obama no va por la línea de concluir la construcción de estos oleoductos. Porque Canadá debe buena parte de sus riquezas a sus recursos naturales. Viene la explotación de las arenas bituminosas en Alberta, que devastan la zona, generan cáncer, pero la raíz, la base más sólida del conservadurismo canadiense proviene de Alberta, precisamente de donde viene esta explotación de recursos naturales. Y Harper, en su momento, tiene muchos recursos económicos qué defender, y políticos precisamente de esta provincia que está explotando impresionantemente este petróleo sintético que requiere necesariamente una salida para su refinación y que es a través del Golfo de México, en Texas. Para ellos es una cuestión fundamental, económicamente hablando, es una cuestión de vida o muerte en el sector energético. Pero viene Obama y dice, no vamos por allá. Entonces ahí la pugna escala muchísimo.
Ese es el marco que tenemos para lo que sucede actualmente: Con la llegada de Trudeau se piensa que es un Gobierno liberal, que va a cambiar mucho, sí hay algunos elementos que cambian. Por ejemplo, recibir 25 o 30 mil refugiados sirios es clara muestra. Ir a la cumbre (de cambio climático) de París y señalar que Canadá está de regreso, son señales que llaman la atención y que marcan distancia entre el conservador Harper y el liberal Trudeau, a nivel mediático. Ahora, vamos a la realidad: tenemos que los mismos intereses canadienses en el ámbito energético siguen estando presentes. No obstante, Trudeau manejó un doble discurso. En una entrevista señala que “entiendo que la gente se preocupe por el medio ambiente, pero esta misma gente si no tiene dinero y trabajo para alimentar a sus hijos, no se va a preocupar por envenenar el agua que bebe o contaminar el aire que respira. Así funciona el mundo real”. Él lo señala en la entrevista con The Guardian, pero en Canadá dice ‘hay que pensar otra forma de obtener recursos porque la energía fósil está en el pasado’. Esto, antes de que Trump emitiera esta orden ejecutiva, para echar adelante el oleoducto Keystone, porque estaba detenido.
–¿Trudeau y Trump están en plan de mayor acercamiento?
En el ámbito energético sí, es claro. Y hay muchísimo dinero ahí invertido. Ahora, el Gobierno de Trudeau se ha mantenido a la expectativa de ver qué viene con ellos. Por eso, cuando ven que a México lo está golpeando, es una posición de mucha reserva de Canadá, de decir ‘vamos a esperar a ver qué sucede con los mexicanos’. México es un problema para Canadá. Es un país violento, corrupto, inestable, y los canadienses no tienen una buena percepción de México (…). Canadá privilegia el bilateralismo con Estados Unidos, más que el trilateralismo. En 2011 salió un cable de ‘Wikileaks en el que los funcionarios de Ottawa piden al Embajador de Estados Unidos arreglar sus asuntos de manera bilateral sin intervención de México. El trilateralismo les incomoda.
–¿Desde el inicio del TLCAN?
Ah, claro. Ellos se incorporan al TLCAN porque ven que México y Estados Unidos están negociando un acuerdo bilateral de comercio, cuando ellos ya habían firmado uno con Estados Unidos y lo habían puesto en marcha. Entonces, México en ese momento era un problema. (Brian) Mulroney le pide a (George) Bush padre incorporarse a las conversaciones para no perder estos privilegios. Lo mismo sucede con el TPP (Acuerdo Transpacífico): Harper en su momento no está a favor del TPP, pero Obama va adelante con este acuerdo; México de inmediato se incorpora y es cuando Canadá observa que México tendrá beneficios por esta apertura y se van a quedar afuera y piden entrar.
–Para Canadá, México es un competidor por el mercado de Estados Unidos…
Es un competidor por las miradas de Estados Unidos y por su mercado, desde luego. Somos competidores. Eso es lo que no se entiende en nuestro país. Piensan que Canadá y que Trudeau tienen que salir a la defensa del país cuando a la defensa del país corresponde a nuestros funcionarios. Ellos tienen que ver, y Trudeau va a ver lo que beneficia a su sociedad. ¿Por qué no hay problema de Trump con Canadá en estos momentos? Porque los salarios de Canadá son muy similares a los salarios de Estados Unidos. Canadá no es la maquila de Estados Unidos, en lo que se ha convertido a México en el TCLAN. México tiene el peor salario mínimo de América Latina, sólo por encima de Cuba y Venezuela, y esto ¿por qué? Es el TLCAN, que la ventaja competitiva de nuestro país sea el bajo salario de mano de obra, calificada además, que puede operar los mismos mecanismos y maquinaria que en Estados Unidos y Canadá; nada más que aquí se les paga once o 13 veces menos la hora. Dime si eso no es competitivo para México. El problema es que ésa es la competitividad del país, por eso somos la quinceava economía del mundo y, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, será la sexta economía en 2020, y al mismo tiempo los funcionarios de México, tecnócratas fundamentalistas, ven con displicencia que el salario mínimo sea bajo, porque a ellos les conviene. Pero ellos son los que tendrían que defender el país, y no Trudeau.
–De Canadá vemos también este doble discurso o cara, en el que por un lado reciben refugiados pero sus mineras tienen estas historias de abuso en México…
Más que los canadienses lo hagan por un doble discurso o por una doble cara, considero que son sus intereses. Insistimos en querer verlos muy buenos, pero es un país con sus propios intereses. Como decía, la riqueza canadiense proviene de sus recursos naturales; por eso las mineras más importantes del mundo son canadienses. Pero la ventaja y lo interesante de Canadá es que, hasta antes de la explotación de las arenas bituminosas, era un país que había equilibrado la explotación de recursos de manera programada. En ese sentido, programan muy bien y tienen protocolos.
–¿No habían tenido esta devastación?
No, como tienen ahora en el caso de las arenas bituminosas, no. Si ves fotografías, es como si hubiera caído una bomba, y contaminan todos los canales subterráneos y todo este mercurio se va a lugares lejanos y la gente toma el agua (…) La explotación a estos niveles empieza con Harper. Se descubren en la década de los 50, pero no tenían tecnología para extraerlas. Con Harper se apuesta por la explotación, porque los precios del petróleo están arriba y está Canadá creciendo mucho. En 2015 entran en recesión porque los precios del petróleo se vienen para abajo, y la negativa de Obama de no sacar adelante el oleoducto pone en jaque a la economía canadiense.
–En la relación de México con Canadá, ¿quién ha ganado más?
México tiene un superávit. Pero, al ver y ser consciente de que los salarios son tan bajos, (las empresas) han traído universidades para formar ingenieros, y esta gente es bien capacitada y de todas formas ganan muchas veces menos de lo que ganarían en Canadá. Ese es el problema: no es que estemos mal capacitados, pero muy mal pagados.
De ahí en fuera, hay muchos vínculos que se potencializan, sobre todo a nivel cultural a partir del TLACN; hay cientos de acuerdos entre universidades y como un millón y medio de canadienses que vienen cada año; 75 mil canadienses que residen de manera permanente en México y eso se ha acelerado con el TLCAN. Entonces no todo es adverso.
Hay también voces en Canadá criticando a Trudeau por no acercarse a México. Hoy mismo leía editoriales mencionando que era un error. El líder del Partido Neo Demócrata, Thomas Mulcair, hizo una arenga en el Parlamento en la que cuestiona a Trudeau, que por qué estaba temeroso de Trump, que era un facista que está agrediendo a México. Claro, es política, pero hay gente que lo revisa en medios y lo comparte y está muy molesta.
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–Digamos que Trudeau está sacrificando sus posiciones de progresista…
De feminista, por ejemplo, ante un Presidente como Trump.
–Por asociarse con Trump…
Y mantener o beneficiarse. Aquí, considero, que está apostando Canadá a tener buenas relaciones con Trump, pero tarde o temprano tendrán problemas. Porque hay muchos intereses, y cuando Trump considere adecuado pegarles, lo va a hacer. En ese sentido es una apuesta muy arriesgada de Trudeau.
–¿Cuál es su expectativa de la renegociación del TLCAN? ¿Está en riesgo la relación comercial de México con Canadá?
No, aparentemente permanece sólida; pero no sabemos de qué manera puede impactar las negociaciones que puede llevar a cabo Estados Unidos con ambos. Para Estados Unidos, lo que conviene es hacer relaciones bilaterales. Por eso, el Gobierno de México, a través de (el secretario de Relaciones Exteriores) Luis Videgaray, señaló que hay que incluir a Canadá en las negociaciones del TLCAN, porque a México le conviene que esté Canadá, porque Canadá estaría frente a México al proponer algo. Y Canadá no; dice Trudeau ‘estamos felices de renegociar el TLCAN con Trump, cuando él diga’.
–Y el que busca el acuerdo trilateral es México…
Porque estamos en una posición desventajosa, para la élite tecnócrata del país. Para ellos sí estamos en posición desventajosa, para otros sectores del país, han estado en posición desventajosa desde hace décadas.
La pregunta es qué están haciendo nuestros políticos, qué está negociando en Washington Videgaray, a qué acuerdos están llegando.